lunes, 20 de abril de 2009

Guerra abierta por el control de los tupper

El popular "tupper", ese recipiente de plástico donde transportar comida y que antes se llamaba fiambrera, puede tener sus horas contadas en los mercados de la Unión Europea. Una autentica guerra abierta entre los fabricantes de tuppers de plastico y fabricantes de tuppers de cristal amenaza nuestra manera de transportar la comida. Año tras año aparecen informes sobre la toxicidad del plástico de los tuppers, pero a menudo se ponen en entredicho por ser usados como arma arrojadiza contra los fabricantes de plasticos. El tupper es hoy día toda una institución en las oficinas, las piscinas y las meriendas campestres, por lo que quien controle el mercado del tupper, tiene acceso a un jugoso mercado que mueve millones de euros.

Según un informe de los fabricantes de fiambreras de cristal, el problema principal radica en un policarbonato existente en la composición de los plásticos de los tupper. En concreto hablamos del Bisfenol A, una suerte de polímero que puede desprenderse de la composición del plástico para formar parte de nuestra comida. Es inodoro e insípido, por lo cual nunca sabremos que lo estamos ingiriendo involuntariamente. Una vez en el cuerpo se camufla como si fueran hormonas, formando parte de los llamados disruptores endocrinos, y llegando a sustituir a varias hormonas que el cuerpo humano fabrica de manera natural, provocando un autentico desbarajuste hormonal. El Bisfenol A puede desprenderse del plástico e incorporarse a la comida por simple contacto, pero la situación es mucho peor cuando el Bisfenol recibe la radiación de un microondas, ya que se desnaturaliza y se incorpora a la comida de manera mucho más nociva. Otro dato que se ha podido contrastar con cifras en la mano es que un porcentaje significativo de fumadores que usan tupper de plastico han acabado manifestando con el tiempo problemas pulmonares.

Sin embargo, los fabricantes de tuppers de plástico se defienden diciendo que estos estudios son totalmente interesados y que no hay nada malo en los plásticos utilizados . Argumentan diciendo que "Puede desprenderse algo de Bisfenol del plastico, si, pero eso nunca ha hecho nunca daño a nadie". Otro argumento utilizado es que "Si el Bisfenol fuese nocivo, ya estaríamos todos muertos" y "No es para tanto, otros comen guarrerías peores". En cualquier caso estamos en la situación en la que el consumidor no tiene claro a quien creer, ya que existen demasiados intereses sobre la mesa. En concreto, estudios independientes de fabricantes de plasticos aseguran que de los recipientes de cristal pueden desprenderse microcristales, que al mezclarse con la comida se ingieren, y una vez en el cuerpo pueden rajar las paredes estomacales provocando ulceras.

En cualquier caso es muy significativo en el ámbito de la comida transportable, que los únicos que han aumentado sus ventas incluso en los tiempos actuales de crisis son los artesanos fabricantes de platos de barro, lo que denota que algo de inquietud hay entre los consumidores. Canada y Groenlandia ya han prohibido el uso de este tipo de plasticos, por lo que, ¿ será la Unión Europea la siguiente ?